Nació en Urbino; allí fue alumno del pintor de Ferrara Antonio Alberti de estilo gótico tardío.

Entre 1445/6 trabajó en el taller de Fra Filippo Lippi (1406 – 1469) en Florencia donde maduró su estilo Además de las enseñanzas de Filippo Lippi, recogió del crisol artístico florentino, también las sugerencias perspectivo-espaciales consiguientes de Brunelleschi (1377 – 1446), Donatello (1386 – 1466) y Leon Battista Alberti (1404 – 1472). Particularmente relevante tuvo fue el encuentro con Domenico Veneziano (1410 – 1461), de quien imitó la atención natural de impronta flamenca hacia los detalles, la predilección por las amplias vistas panorámicas y por los colores claros y limpios.

En 1449 entró en la orden de los Dominicos bajo el nombre de Fray Carnavale o Carnovale. Más tarde regresará a Urbino, donde supervisa la labor de la arquitectura y la decoración de la iglesia del monasterio de Santo Domingo en 1451, y participa en la aplicación de la catedral de Urbino en 1455.

En la corte, culta y fina, de Federico de Montefeltro, la vida de Fra Carnavale tuvo que cruzarse indudablemente con la de Piero della Francesca (1415/20 – 1492), pero no hay información precisa sobre su relación.

Desde 1461 fue párroco de San Cassiano di Cavallino, cerca de Urbino.

En 1466 recibe - como testimonia Vasari - la comisión para la construcción de un retablo dedicado a la Iglesia de Santa María della Bella, de nuevo en Urbino. Vasari lo cita en sus obra Vidas como Carnovale da Urbino, cuando en referencia a Bramante (1444 – 1514) afirma que el padre lo encaminó hacia la pintura: <>. La imagen fue confiscada por el cardenal Antonio Barberini en 1631 y se ha identificado con dos paneles de su colección (Museo Metropolitano de Arte, Nueva York y Museo de Bellas Artes, Boston).

En la parte final de su vida el impulso religioso parece prevalecer sobre el artístico. Murió en 1484, dejando testamentado disposiciones en favor de su convento y de la enseñanza a la predicación.

Según Farquhar fue maestro de Giovanni Santi (1435 – 1494).

En sus cuadros, muestra su dominio en la perspectiva arquitectónica extravagante pero calculada.

Federico Zeri, en 1961, atribuía los paneles de Nueva York y Boston, al anónimo Maestro del Panel de Barberini, después, dicha atribución fue adoptada por varias revistas de arte como, en 2002, La Garzantina.

El retablo de Montefeltro le fue atribuido cuando entró en 1811 en la Pinacoteca de Brera, pero más tarde fue reconocida como una obra de Piero della Francesca.

Ciudad ideal (Galería Nacional de la Marche, Urbino) es un panel homenaje al arte de la arquitectura y la perspectiva donde se ha tomado medidas para de manifestar los valores de la armonía y la belleza de la ciudad ideal del Humanismo; era, hasta hace poco, atribuida a Piero della Francesca, pero ahora parece haber volver a ser atribuida a Fra Carnevale, aunque hay una dudosa relación con una segunda hipótesis en favor de Luciano Laurana (1420 – 1479, el arquitecto responsable de la construcción de la parte superior del Palacio Ducal de Urbino.

(Información obtenida de Wikipedia)