12 obras del autor: Meléndez - (Miguel Jacinto Meléndez)

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Siglos XVI y XVII. Barroco
- Escuela española. Retratos3
- Escuela española. Religión4
Siglos XVII/ XVIII. Clasicismo. Neoclasicismo/Romanticismo
- Retratos5

Apunte Biográfico

La actividad de Miguel Jacinto Meléndez se sitúa entre el final de la pintura madrileña del Siglo de Oro y el nuevo período que nace con la creación de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Trabajó en la corte en un momento en el que pocos artistas españoles sobresalían.

Miguel Jacinto Meléndez nace en Oviedo en 1697 siendo hijo del "muestrense" Vicente Meléndez de Ribera y de Francisca Díaz de Luxío.

Siendo niño su familia emigró a Madrid donde Miguel Jacinto aprendió el arte de la pintura posiblemente de la mano del pintor José García Hidalgo y en la Academia del Conde de Buena Vista del modo tradicional: copiando estampas y dibujos, luego al natural y, finalmente, copiando cuadros de grandes maestros del siglo XVII.

Durante este período de aprendizaje en la Corte, su hermano, el también conocido pintor Francisco Antonio Meléndez marchará a Italia a aprender, permaneciendo allí hasta su regreso en 1717, momento en el que conseguirá la plaza de Pintor Real de Miniaturas en 1725. La descendencia de éste, con el reputado bodegonista Luis Meléndez a la cabeza, constituirá una dinastía de pintores que se adentrará finales del siglo XVIII.

Cuando se casa en 1704 con María del Río, Meléndez ya ha terminado su etapa de formación y se gana la vida como pintor en la Corte, fundamentalmente realizando retratos de Felipe V y María Luisa de Saboya (se conocen más de 22 retratos); en un período en el que la Guerra de Sucesión paraliza cualquier actividad artística cortesana.

En este contexto se le nombrará Pintor honorario del Rey sin sueldo el 31 de junio de 1712. Meléndez sólo conseguirá los 720 maravedíes anuales que conllevaba el cargo, en febrero de 1727.

Al finalizar la Guerra de Sucesión su vida sufre importantes modificaciones.

El 19 de octubre de 1715, su mujer muere de postparto cinco días después de dar a luz a Julián Joaquín Meléndez.

Un año más tarde, el 21 de octubre de 1716 se vuelve a casar con Alejandra García de Ocampo de la que tuvo dos hijas; Josefa María y María Vicenta, esta última muerta siendo niña.

Su labor pictórica continuará centrada en el campo del retrato de las personas reales. En este campo, la llegada al poder de Luis I implicará un repunte en la actividad de Meléndez, ya que se deberán realizar toda una serie de retratos oficiales al nuevo soberano para colocar en las principales instituciones del reino y afianzar su majestuosa imagen como se había realizado anteriormente con Felipe V.

En esta labor propagandística Miguel Jacinto Meléndez retratará a lo largo de 1724 en numerosas ocasiones al nuevo monarca.

La abdicación de Felipe V en favor de Luis I provocó la necesidad imperiosa de que se divulgase su figura. Así, encontramos hasta cuatro retratos prácticamente idénticos realizados por Meléndez para diversas instituciones del nuevo rey que nos indicarán, de nuevo, su papel fundamental como propagandista político.

En febrero de 1727 (año en que se le reconocerá su remuneración como pintor del rey), realiza la Serie de retratos de la familia de Felipe V para la Real Librería, fechados en 1727 y que son, sin duda, el conjunto de cuadros más importantes de Meléndez. Ésta será la única serie de retratos que realiza por un encargo directo del monarca y con destino al disfrute del propio rey.

La carrera de Meléndez declinó al no acompañar a la Corte en su traslado a Sevilla donde estuvo de 1729 a 1733 y al ser monopolizados los encargos de retratos regios por Jean Ranc y su taller.

En los últimos años de su vida, Miguel Jacinto Meléndez se especializó en retratos de nobles españoles (fundamentalmente los dos espléndidos retratos del marqués de Vadillo) y en diferentes ejemplos de pintura religiosa encargados por diferentes congregaciones.

Con una posición económica desahogada y una clientela importante, aunque con el favor real “secuestrado” por Ranc, Miguel Jacinto Meléndez morirá en Madrid el 25 de agosto de 1734 dejando a su viuda e hijos una desahogada posición económica y, sobre todo, lo que no era tan habitual en la época, ninguna deuda.