61 obras del autor: Boldini - (Giovanni Boldini)
Clasificador |
N° de obras |
Siglo XIX. Realismo | |
- Retratos | 4 |
- Bodegones y Flores | 1 |
Siglos XIX y XX. Modernismo | |
- Paisajes y Vistas | 14 |
- Costumbres e Interiores | 11 |
- Bodegones y Flores | 4 |
- Retratos | 17 |
- Desnudos | 2 |
- Religión | 3 |
- Varios | 5 |
Apunte Biográfico |
Giovanni Boldini, nace en Ferrara el 31 de diciembre de 1842, y fallece en París el 11 de enero de 1931, fue un pintor italiano.
Es el octavo de 13 hijos de Antonio e Benvenuta Caleffi. Antonio Boldini, nativo de Spoleto, era pintor de matriz purista, alumno de Tommaso Minardi (1787 - 1871), y restaurador; se dice que, dotado de notable técnica, hacía buenas copias de obras de Raffaello y de paisajistas venecianos; de su padre, Zanin recibe, muy joven, las primeras enseñanzas de dibujo. En Ferrara frecuenta desde 1858 los cursos de pintura de Girolamo Domenichini (1813 – 1891), que con el padre Gaetano fue autor de los afrescos académicos en el Teatro local, y de Giovanni Pagliarini (1809 – 1878), que se dictaban en el Palacio de los Diamantes, y naturalmente tiene la oportunidad de conocer bien a los grandes pintores ferrarenses del "Cuatrocento", además de Dosso Dossi y el Parmigianino. La primera obra importante fue Il cortile della casa paterna, (El patio de la casa paterna) un oleo fechado en el 1855; le siguen, fechados a fines de los años 1850, su Autoritratto a sedici anni (Autorretrato a los dieciséis años) y los retratos de su hermano Francesco, de Maria Angelini y de Vittore Carletti. En 1862 se inscribe en la Accademia di Belle Arti di Firenze, alumno de Stefano Ussi (1822 - 1901) y de Enrico Pollastrini (1817 - 1876). Frecuenta el conocido lugar de encuentro de los artistas florentinos, el Caffè Michelangiolo, donde conoce Giovanni Fattori, Odoardo Borrani, Telemaco Signorini, Cristiano Banti, del cual es huésped en sus villas de Montorsoli y de Montemurlo, y Michele Gordigiani (1830 - 1909) y ya manifiesta su interés, que no abandonará jamás por los salones elegantes de la aristocracia y de la burguesía: frecuentemente es huésped de los Falconer, decora con témpera, en seco, entre el 1867 y el 1870, las paredes de una salita de su villa en Pistoia, "La Falconiera": La villa será comprada en 1938 por la viuda del pintor y en ella se guardan aun un centenar de sus obras. En el 1866 va a Nápoles con Banti, a quien retratará en varias oportunidades, en 1867 hace un viaje a Francia, con los Falconer: en Montecarlo pinta el Generale spagnolo - "una de las mejores cosas de mi juventud" dirá. En París visita la Exposición Universal y conoce a Edgar Degas, Alfred Sisley y Édouard Manet. Se establece en Londres en 1870, invitado por William Cornwallis - West, a quién conoció en Florencia, este pone a su disposición un estudio en el centro de la ciudad, frecuentado por la alta sociedad, pero a fin de año se encontraba nuevamente en Florencia. En octubre de 1871 se establece en forma estable en París, abriendo un estudio en la Avenida Frochol y luego a la Plaza Pigalle, donde vive con la modelo Berthe. Trabaja para el mercante más importante de París, Goupil, para quién trabajaban ya pintores de gran suceso como Mariano Fortuny y Ernest Meissonier, además de los italianos Giuseppe Palizzi y Giuseppe De Nittis. Pinta una serie de cuadros de género del ambiente de los años 1700, muy de moda en la época. En 1874 expone con éxito en el Salón de París su cuadro "Las Lavanderas". Termina su relación con Berthe e inicia con la condesa Gabrielle de Rasty de quien expone un retrato en el Salón de 1875; en mayo retorna brevemente a Ferrara a causa de la muerte de su madre. En 1876 viaja a Alemania, donce conoce y retrata al gran pintor Adolph von Menzel, mientras que en Holanda puede apreciar las obras de Frans Hals. Por esos años ya estaba afirmado y muy solicitado por el llamado bel mondo: en 1886 retrata por primera vez a Giuseppe Verdi sobre tela, le donará el retrato siete años después en Milán, pero no satisfecho con el resultado lo retratará nuevamente utilizando pastel sobre papel, en solo 5 horas. El pintor guardó este retrato para sí, presentándolo a la Exposición de París del 1889 y en el 1897 a la Primera Bienal de Venecia, donándolo finalmente a la Galería de Arte Moderna de Roma en el 1918. El 5 de febrero de 1887 asiste en el Teatro alla Scala de Milán a la Premier del Otello de Verdi, habiendo sido invitado al palco. En 1889 es nombrado "Comisario" de la sección italiana de la Exposición Universal de París, exponiendo tres de sus retratos, entre los cuales el famoso "Retrato de Emiliana Concha de Ossa", sobrina del embajador chileno ante el Vaticano, Luis Subercaseuse. Su decisión de aumentar el tamaño de sus telas se atribuye a la influencia del pintor sueco Anders Zorn a quien conoce en los años 1890. en 1892 vuelve a Tralia, a Montorsoli, huésped de Banti, para satisfacer el pedido del "Museo degli Uffizi" de un autorretrato suyo. Atiende al pedido a cambio de hn busto berniniano del Cardenal de Medici. Vuelve a París, donde por un año dicta clases de pintura a la joven y rica americana Ruth Sterling. En la primavera del 1900 es huésped, en Palermo, de la familia Florio, para pintar el retrato de Doña Franca. La pintura no satisface al marido Ignazio a causa del amplio escote y de las piernas descubiertas un poco debajo de las rodillas. El retrato fue modificado después de los problemas económicos de la familia Florio, y fue vendido (1928) por el enorme monto de un millón de Liras. Posteriormente el cuadro fue robado por los ocupantes nazis de París, fue llevado a Alemania, donde sufrió serios daños que obligaron a cortarle su parte inferior. En 1904 pide la mano de Alaide Banti, hija de su amigo pintor Cristiano, pero la boda no se realiza, y en París inicia una relación con la señora de Joss de Couchy. En el inicio de la guerra, en 1914 se traslada a Niza con la nueva modelo Lina, hasta el 1918; ya enfermo, con la vista débil, en el 1926 conoce a la joven periodista Emilia Cardona, con quien se casa el 29 de octubre de 1929. Muere en París, el 11 de enero de 1931, sus restos descansan junto a los de su familia en el cementerio de Certosa de Ferrara. ... si una cosa los amantes del arte admiran en los retratos del señor Boldini, es la frescura del colorido y precisamente esta frescura es la cualidad que menos apreciamos en este artista. Mientras las pinceladas largas y ligera nos gustan, el color continuamente bello y brillante nos cansa; en la naturaleza, los colores bellos en si mismos no existen, perro aparecen como tales por su justo contrapeso con los otros, el hacer los colores más bellos que en la naturaleza es falsear y caer en el convencionalismo al mismo tiempo. Signorini, 1867 Giovanni Boldini encarna el genio vibrante y fácil, la maestría puesta siempre mejor al servicio del placer de los sentidos, El artista de la decadencia extrema dotado de varias de las cualidades que fueron ignoradas por los maestros italianos de las grandes épocas. Blanche, 1931 Sus retratos son realizados con una ejecución rápida, suelta, de toques y bravura, que revelan abundancia de dones naturales pero demasiado frecuentemente se desvía hacia un facilismo de mala índole. Brizio, 1944 Era un artista ultra "chic", en su forma muy particular, especialmente cuando retrataba larguiruchas señoras de la alta sociedad internacional que aparecen pintadas como debajo de un vidrio traslúcido. Experto de ese modo y de la literatura francesa que lo ha representado, interpretaba muy bien a la más alta elegancia femenina en esa época en que estaban incluso demasiado revestidas por los artífices de los sastres y de las modistas, figurativamente plasmadas en poses ambiguas situadas entre las de los salones y del teatro. Pero esos retratos tienen un fuerte poder de encanto: revelan espontaneas y seguras cualidades de pintor... Berenson, 1958 Las mujeres tuvieron siempre un rol de primer plano en su vida, al retratarlas exaltaba sus mejores características, alargaba piernas, manos, pies para exaltar su atractivo natural. Una vez alcanzada la celebridad y la riqueza, no dejó de empeñarse en el trabajo, que programaba minuciosamente: cada uno de sus cuadros es precedido por bocetos, apuntes y pruebas para obtener perfección formal. Hasta sus características pinceladas rápidas, las llamadas "sciabolate" que daban vida y movimiento a sus cuadros, eran meticulosamente estudiadas. Las mujeres de Boldoni, son de naturaleza flexible y desinhibida que mostraban sin reticencia un modelo de belleza erudito y, descubriéndose, afirmaban su propia autodeterminación de individuos maduras y emancipadas, plenamente conscientes de su propia feminidad. De naturaleza fantástica y conturbante, llegan excitadas al estudio del artista, impacientes de huir del protocolo de sus palacios, de relajar las rígidas fajas con armadura de delgadas astas de hueso de ballena, para abandonarse, libres finalmente, de sentirse finalmente protagonistas, admiradas y sobre todo comprendidas, frente al “fauno”, a aquel pequeño hombre frente al cual no pueden callar sus más recónditos deseos. Boldoni no las juzga, porque juzgarlas significaría renegar su naturaleza disoluta pero, al contrario, las estimula a expresarse, recoge sus confusiones, sus angustias y las induce a reflexionar sobre la fatuidad del tiempo y del amor que vive de un solo instante. El artista sabe agarrar al vuelo ese momento, irrepetible, en el cual la belleza aparece más fulgurante y en el cual sus musas se muestran más desenvueltas y naturales. Sin embargo estos retratos colmados de tanta belleza están, a menudo, perturbados de un sentido de provisoriedad, que flota veladamente, que se intuye en el aire y en las miradas, por instantes nostálgicas, otras veces soberbias o melancólicas, de hembras insatisfechas e inquietas, culpables de vanidad, cómplices complacidas y dominadas por esa imagen ciertamente inconveniente que el genio italiano dará de ellas. El artista exalta el ego de su modelo retratándola, frecuentemente solo un instante antes de que, siendo alcanzadas por el otoño de la vida, su belleza se marchite para siempre, que sus hojas de rosas perfumadas comiencen a caer. En ocasiones, como un mago, recoge los frágiles pétalos y con un gesto de amor recompone la flor marchita devolviéndole un instante de eterna primavera. ... Panconi, 2008 (Información obtenida de Wikipedia) |