Representante de la importantísima Escuela Española de París, nace en el Barrio de la Magdalena de Jaén, pero se traslada a vivir a Granada en el año 1898. Allí comienza a asistir al estudio de José Larrocha y entabla amistad con Federico García Lorca. En 1905, marcha a Barcelona con su madre, donde solo pasarán un año, debido a las convulsiones sociales creadas por la revolución anarquista. De regreso a Granada, su interés se decanta claramente por el estudio de las disciplinas artísticas. Acude de nuevo a estudio de Larrocha y asiste a las clases nocturnas de la escuela Superior de Artes Industriales.

En 1912, marcha a Madrid donde prosigue sus estudios de pintura en el taller de Cecilio Plá, viviendo en una pensión de familia y frecuentando las tertulias del Grupo del Rinconcillo, lideradas por Lorca. Ya en 1915, realiza su primera exposición colectiva, con diez cuadros, muestra que recibe muy buenas críticas en la prensa local a la vez que comienza a dibujar para la revista mensual “Granada”. La exposición denominada “Artistas íntegros” realizada por Ramón Gómez de la Serna, en la que se mostraban obras de los primeros cubistas y la exposición “Grandes Pintores Impresionistas Franceses” realizada en 1917, van a tener una influencia determinante en el pintor.

Casado en 1919, su esposa muere tan solo tres años después, hecho que precipita el traslado del artista a París. Allí pintando frenéticamente, tiene a Picasso como apoyo y primer entusiasta de sus obras, aconsejándole y estimulándole. Además, en su círculo de amigos se encuentran figuras como Ravel, Stravinsky, Luis Buñuel o Max Ernst. Su pintura evoluciona de las formas cúbicas a las oníricas siendo presentadas en su primera exposición individual en el año 1926 en la galería des Quatre Chemins. tras numerosas exposiciones individuales y colectivas, regresa a España en 1932.

El estallido de la Guerra Civil, hace que se integre en la Alianza de Intelectuales Antifascistas, colaborando en su revista “El Mono Azul”. Este posicionamiento hará que tenga que refugiarse en Francia al término de la contienda y pasar casi un año en el campo de coincentración de Árgeles-sur-Mer. Enfermo de disentería, Picasso consigue que el ministerio del interior le ponga en libertad y le envía un giro de mil francos. Tras una breve estancia en París, marcha a Buenos Aires donde se integra plenamente en el movimiento artístico argentino, y reside hasta 1948, momento en que regresa definitivamente y hasta el momento de su muerte, a París.