2 obras del autor: Arias - (Francisco Arias)

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Siglo XX. Vanguardias Históricas/Expresionismo
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Apunte Biográfico

Madrid,1912-1976

La pintura de Francisco Arias, diríamos que es "una perseverante rebusca de los íntimos secretos de! color a través de formas cada vez más tenues y huidizas". Francisco Arias es un pintor vivo y actual: un pintor de nuestro tiempo. En la eterna dualídad "forma-color"~ Francisco Arias se inclina resueltamente por el segundo término. En esto se emparenta, en verdad, con los impresionistas. Pero también con los venecianos con el G r e c o, o con Goya. Porque no es un pintor intelectual que pinte con arreglo a prejuicios ni esquemas mentales, sino un pintor sensual y placentero. Su pincel no tiene tiempo de recrear y recrearse- en las formas; tiene prisa por trasladar al lienzo los mil matices de una vibrante realidad que busca en su paleta irisaciones, relumbres, espumas que, rehuyendo toda concreción se modela sutilmente a través de esbozos y alusiones, Por eso, Francisco Arias ama los escuetos paisajes castellanos, donde la Naturaleza se reduce a lo mínimo indispensable, permitiéndole desplegar su evidente maestría colorista en raros matices de gamas monocromas. Y eso le empuja a pintar fósiles y paisajes submarinos en los que nácares y algas diluyen sus perfiles. Y a interpretar esos paisajes urbanos de Madrid y Toledo en que las ciudades lejanas están a punto de convertirse en cromáticas vedijas de niebla. En sus últimas obras abandona resueltamente toda veleidad figurativa y se lanza, con la sola ayuda de su sensibilidad y buen gusto, a una original creación donde los colores existen por sí mismos y se conjugan sagazmente. Se trata, digámoslo de una vez, de un pintor enamorado de la pintura. Debemos fijarnos, pues, con atención en las últimas obras de Arias, tan sugestivas, con sus colores autónomos exentos de apoyaturas formales. Arias adopta con ella, una arriesgada postura, en la que es difícil Mantenerse sin fatigarse y sin fatigar. Pero, en todo caso, constituye la interesantísima experiencia de un Pintor exigente, que no descansa en la estéril satisfacción de sí mismo, sino que trata de hacer cada vez más ancho y profundo el cauce, por donde discurre su inspiración. Y es, también, una interesante experiencia para quienes pretendemos ser, en, lo posible, perspicaces contempladores de su limpia, tersa, honrada pintura.