Los hermanos Roscubas, Vicente y Fernando, hermanos gemelos, nacieron en Palma de Mallorca en 1953, pero en 1958 se trasladaron a Bilbao, ciudad en la que residen desde entonces, dedicándose desde su juventud a gran variedad de disciplinas artísticas (Escultura, pintura, fotografía, instalaciones…).

Arte interactivo, irónico y expresionista para todos los gustos, podría quizás definirse así el conjunto de la obra de los hermanos Fernando y Vicente Roscubas, uno de los tándem más sólidos e interesantes de la pintura vizcaína de las últimas décadas del siglo XX.

Su obra es popular, buscan la participación del público, no entienden el arte sólo para unos pocos.

Los hermanos Roscubas mamaron desde pequeños la dedicación artística: crecieron viendo a su padre pintar acuarelas, y de forma autodidacta empezaron a crear, en conjunto, y sin tensiones. Crean juntos, pero cada uno tiene su vida independiente, y no tienen problema en crear de modo separado también. Cuando trabajan separados, la obra de uno y otro es muy distante.

Hay obras realizadas al 50%, pero en otras uno lleva el peso y el otro añade algo y viceversa.

Algunas de sus obras son figurativas, otras abstractas.

Esta trayectoria común, se basa fundamentalmente en grandes montajes integrados por multitud de elementos similares y un puñado de esculturas. Su obra tiene aproximaciones al pop, al expresionismo y a lo minimal.

Durante la década de los años 80 y comienzos de los 90, los Roscubas decidieron retirarse del "mundanal ruido", de unas pujantes grandes ferias de arte que no resultaron ser lo que ellos esperaban. Durante ese periodo cada uno de ellos se dedicó a trabajar por su cuenta.

La obra de los gemelos Roscubas se caracteriza por una ironía, amable en general, con la que abordan el mundo que les rodea y que muestra un exquisito acabado.

Manifiestan un inteligente sentido del humor que plasman en culturas y esculturas que tienen doble, triple o incluso cuádruples lecturas.