29 obras del autor: Greuze - (Jean Baptiste Greuze)
Clasificador |
N° de obras |
Siglo XVIII. Barroco/Rococó | |
- Mitología y Alegorías | 3 |
- Retratos | 19 |
- Costumbres e Historia | 6 |
- Dibujos y Grabados | 1 |
Apunte Biográfico |
Jean-Baptiste Greuze (1725, Tournus – 1805, París) fue un pintor francés.
Muy pronto demostró un talento fuera de lo común para el dibujo, lo que animó a su padre a enviarle al taller de un pintor de Lyon, Grandon, que le ejercitó más en la rapidez que en la perfección: el muchacho tenía que ejecutar un cuadro cada día imitando a los viejos maestros. Sus dotes y ambición le condujeron a París, entró como alumno de Natoire. En 1755, su cuadro Padre de familia explicando la Biblia a sus hijos, también conocido como "La lectura de la biblia" obtuvo un gran éxito. Su popularidad se confirmó con otras pinturas de corte melodramático, representando escenas de familias pequeño burguesas de provincias. Ese mismo año, invitado por el jefe de una misión dilomática, viajó a Italia. Permaneció insensible ante las bellezas de la Antigüedad. Se enfrascó en los ambientes populares de la época con un talante muy cercano a Rousseau, lo que le valió el caluroso aplauso del acerado crítico de arte, Diderot, quien le elogió por la moralidad de sus imágenes. Uno de sus grandes éxitos fue La boda pueblerina o Acordée de village presentada en el salón de 1761, donde una vez más muestra un interior pequeño burgués y dos mundos enfrentados. A la izquierda de la composición el mundo femenino de la intimidad y en la parte derecha el universo masculino de las leyes y los negocios. En 1761 con un retrato hecho a su esposa dio comienzo a una larga galería de retratos femeninos que le harían muy popular entre aquellas damas parisinas que no frecuentaban, la corte, donde reinaba el tan distinto Boucher. Sin embargo, la vida familiar no tardó en amargarse: su mujer, hermosa y joven modelo bien ajena a las inclinaciones moralistas de su esposo, fue degradándose y embruteciéndose, hasta tal punto que Greuze se vio obligado a divorciarse de ella para no contaminarse con su mala fama ni comprometer su buen nombre de artista ejemplar, maestro de virtudes pequeño-burguesas. Otra de sus obras de gran éxito es La muerte del paralítico de 1763, pintura que representa a un padre anciano en su lecho de muerte rodeado de su familia. Esta pintura, sin dudas tiene relación con la novela, publicada ese mismo año La nouvelle Héloïse de Rosseau (Ver LEVEY, M. (1966).Rococó to revolution. London: Thames and Houson, pág. 150). Una vez cosechado el éxito del público y de sus pares se embarca en la búsqueda de un rango superior en la jerarquía pictórica. De este modo comienza con la Pintura de Historia -género más alto dentro de la pintura oficial- llamada Séptimo-Severo reprochando a Caracalla el haber atentado contra su vida que presentara en 1769, muy contrariamente a lo que buscaba esta pieza le provocó conflictos con la Academia, ya que la obra no sólo no fue aceptada a concurso, sino que le provocó la enemistad y críticas demoledoras con su antes defensor, Diderot. A pesar de este estrepitoso fracaso años más tarde J-L David, el pintor de la revolución, tomaría la idea y la desarrollaría hasta alcanzar el máximo nivel. El rechazo de la Academia irritó a Greuze, que nunca más volvió a presentarse a ninguna otra exposición oficial. Le bastaba atender a sus numerosos y adinerados clientes, que pagaban altas sumas por sus cuadros y retratos y a cuyos gustos se adaptó, no sabemos si con total sinceridad, pues, al parecer, las necesidades del mercado obligaron al artista a arrinconar una latente e intensa sensualidad. Greuze pintó numerosos retratos y recibió algunas críticas por sus pinturas libertinas. Pintó, asimismo, diferentes temas alegóricos: La Ofrenda de amor (1769), mitológicos: Dana; o religiosos: Santa María la Egipciana; pero no tuvieron repercusión alguna. La Revolución francesa de 1789 pone de moda lo antiguo y las pinturas de Greuze caen en el olvido, obligándole a vivir de sus clases. La revolución arruinó al pintor. Sólo en tiempos de Napoleón recibió algunos encargos que aliviaron su miseria. El retrato de Napoleón Bonaparte, que le encargó en sus últimos años, no evitó que muriera abandonado y olvidado por amigos y enemigos. Mejor dibujante que pintor, Greuze destaca en las representaciones de las jóvenes en las cuales se mezclan la inocencia con el erotismo. La Jeune femme au chapeau blanc (1780). Sus numerosos cuadros están conservados en el museo del Louvre (París), en la colección Wallace (Londres), en el museo Fabre (Montpellier) y en el museo de Tournus, su ciudad natal. (Información obtenida de Wikipedia) |