8 obras del autor: Agüero - (Benito Manuel de Agüero)
Clasificador |
N° de obras |
Siglos XVI y XVII. Barroco | |
- Escuela española. Paisajes y Vistas | 8 |
Apunte Biográfico |
Benito Manuel Agüero (c. 1624 - 1668), pintor barroco español, seguidor de Velázquez y especializado en la pintura de paisaje.
Natural de la ciudad de Burgos, según declaró él mismo en la información para el ingreso como seminarista en Monasterio de El Escorial de Melchor Julián Mazo, aunque Palomino le tenía por madrileño, fue discípulo y amigo del pintor de cámara y yerno de Velázquez, Juan Bautista Martínez del Mazo. A través de él y de su trabajo en el Alcázar de Madrid pudo entrar en contacto con la pintura de Velázquez y de los maestros venecianos de la centuria anterior, cuyas influencias son notables en su pintura, pero también conocer las obras de artistas como Claudio de Lorena y Salvator Rosa, a los que debe la concepción dramática de sus composiciones. Se especializó en la pintura de paisajes con figuras, siendo muy alabados por Antonio Palomino, aunque abordó también, como parecía obligado, la pintura religiosa. A este género pertenece la única obra nominalmente citada por Palomino junto con los muchos paisajes de los palacios de Aranjuez y del Buen Retiro: la Imposición de la casulla a San Ildefonso del Real Monasterio de Santa Isabel, destruido en 1936. Falleció en Madrid el 19 de marzo de 1668, siendo enterrado en la parroquia de San Sebastián, lo que llevaría la fecha de su nacimiento a 1624 si, como asegura Palomino, tenía en ese momento cuarenta y cuatro años.
Obra:
Todas las obras conservadas pertenecen al género paisajístico en el que se especializó, proporcionando, según Palomino, numerosas obras para la decoración de los palacios del Buen Retiro y de Aranjuez, en el que según el inventario de 1701 colgaban treinta y tres paisajes de Mazo y Agüero en el Salón o galería del rey, en su mayoría con escenas mitológicas. Algunos de estos paisajes, atribuidos en ocasiones a Mazo o al propio Velázquez, pasaron al Museo Nacional del Prado (que conserva diez obras del pintor), siendo restituidos a Agüero ya en el siglo XX.
Se trata de paisajes con figuras, en los que se representan escenas mitológicas (Mercurio y Argos, Latona y los campesinos y Paisaje con una ninfa y un pastor, depositado en el Museo de Burgos) o extraídas del ciclo troyano (Dido y Eneas, Salida de Eneas de Cartago, Prado), y en los que aprovecha, además de la lección fundamental de Lorena, composiciones de Rubens para las figuras de reducido tamaño. Lo que importa en ellos, con todo, no son estas figuras, completamente secundarias, sino el ambiente, que es el resultado de la ordenación en el espacio de masas vegetales, ruinas, rocas y montañas lejanas y, sobre todo, de la luz, contrastando sombras y claros con un sentido dramático casi romántico.
Junto a estos paisajes imaginarios merecen destacarse las vistas de los Reales Sitios (Vista del Monasterio de El Escorial y Vista de El Campillo, casa de campo de los monjes de El Escorial, Prado, depositados en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial), cuadros de formato apaisado al destinarse a sobrepuertas. En ellos, junto a su valor descriptivo y testimonial, tratándose de auténticas vistas del natural animadas por figuras empequeñecidas a causa de la visión panorámica, sobresale el tratamiento de los celajes claros que envuelven con técnica velazqueña la Sierra de Guadarrama.
(Información obtenida de Wikipedia).
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