Nacido en un pequeño pueblo de montaña, de recursos escasos, su infancia transcurre al menos y según sus propias palabras, “en libertad”. A la muerte de su padre con cuarenta y un años, y la de su madre seis años después hay que añadir la discapacidad del artista, que con dos años y medio, quedó sordomudo debido a una insolación. Tras un complicado sistema de reeducación fonética que duró ocho años, consigue volver a hablar, pero muertos sus padres, nunca regresará a su hogar, internado en un colegio, del que en su autobiografía, el artista recuerda “verse solo, en el comedor, los días de fiesta cuando las familias recogían a sus hijos”

Comienza a dibujar desde muy temprana edad, con veinte años hacia retratos de sus compañeros y gana sus primeras monedas, vendiendo pequeños cuadros decorativos representando flores copiadas de los maestros flamencos o de Rafael. Con veintiocho años y con estudios elementales como única titulación, realiza el examen de ingreso en la Academia de Brera, gracias al apoyo del director del colegio. Este, consigue que una profesora le prepare en las materias requeridas para el examen por un precio, simbólico. Comienza así a estudiar en Milán, con grandes penalidades económicas y sobreviviendo casi exclusivamente de la caridad de sus conocidos.

Finalizados los estudios, regresa a Brescia, donde se gana la vida mediante trabajos esporádicos y el pintor Piero Leddi, le ofrece gratuitamente una buhardilla, donde establece su primer estudio. En 1959 consigue realizar su primera exposición individual en la Galería Alberti de Brescia aunque permanecerá viviendo en el colegio en el que se crió, hasta los cuarenta y cinco años de edad. El interés despertado en los círculos artísticos de esta muestra, permiten que su obra sea cada vez mas conocida, admirada y adquirida, permitiéndole por fin, adquirir un apartamento y un estudio donde poder expresar su arte.