ESTILOS CLÁSICO, NEOCLÁSICO Y ROMÁNTICO

CLASICISMO
Etapa del arte cuya principal característica era expresar la idea de perfección de la realidad; tiende a ver el mundo como una estructura bella y perfecta.
El Clasicismo reflejó al hombre como un ser armónico y a la humanidad como una sociedad ideal y sin problemas.
El Clasicismo supone una vuelta hacia las formas clásicas (griegas y romanas) en todas las artes; no sólo en las formas y estilos, sino también en temáticas.
Pintura clasicista
La pintura clasicista es una de las tendencias o corrientes pictóricas que se desarrolló en el siglo XVII, siendo alternativa a la pintura barroca.
Alguna de sus características son:
- Predominio del dibujo sobre el color.
- El espacio se construye mediante planos sucesivos, sin las bruscas diagonales barrocas.
- Las obras son cerradas, no abiertas, con las figuras colocadas en el centro de la composición.
- Las formas se distinguen nítidamente y son independientes, a diferencia de la "subordinación al todo" barroca.
- No hay aquí violentos contrastes ni actitudes exageradas.
En la pintura, y lo mismo que el caravagismo, el Clasicismo es una reacción al manierismo que tiene su origen en Italia, donde surge el Clasicismo romano-boloñés. Tiene su origen en Bolonia, ciudad intelectual y universitaria que reacciona frente a las formas caprichosas del manierismo optando por una pintura más realista pero buscando la belleza ideal y la expresión de los caracteres y estados de ánimo como hicieron en el arte de la antigua Grecia o en el Renacimiento. En este punto se aleja del naturalismo caravagista. Se difundió entre los eclesiásticos, pues se apartaba de la vulgaridad caravagista, y también en los medios cultos que veían la posibilidad de narrar historias mitológicas y alegorías. Cultivó un tipo de paisaje sereno y equilibrado, en el que a menudo aparecen ruinas clásicas. Este paisaje «clasicista» o «heroico» se difundió especialmente en Francia.
El Clasicismo francés se divulgó especialmente durante el reinado de Luis XIV, siendo el estilo favorito de la corte parisina, mientras que entre la burguesía y la Iglesia de provincias arraiga el caravagismo. Se da en el último tercio del siglo XVII. Se considera que el fundador fue Nicolás Poussin (1594-1665), que vivió en Roma y gustó del estilo de los clasicistas romanos, especialmente de Domenichino. La pretensión fundamental es la de imitar los modelos de la Antigüedad pero unido a una tendencia barroca.
El otro gran maestro del Clasicismo francés fue Claudio de Lorena (1600-1682), que cultivó especialmente el paisaje. Otro pintor que desarrolló su carrera en Roma, pero cuyas obras se adquirían en Francia, fue Gaspard Dughet. En París trabajaron también Laurent de La Hyre y Jacques Stella.
A mediados de siglo la corriente dominante fue el aticismo, estilo caracterizado por sus peculiares refinamientos. Representan esta tendencia Eustache Le Sueur, Sébastien Bourdon, Nicolas Loir (1624-1679) y Nicolas Chaperon. En la corte francesa se cultivó igualmente el retrato, destacando sobre todo en este punto la figura de Philippe de Champaigne, que cultivo tanto el retrato sencillo, íntimo, de gran penetración psicológica, como el cortesano, en que se representa a los reyes y las grandes figuras con todo su esplendor. El retrato de corte suele ser de pie, con accesorios como columnas o cortinajes. Esta segunda línea fue cultivada por retratistas como Hyacinthe Rigaud y Nicolas de Largillière.
Durante el reinado de Luis XIV, el Clasicismo se identificó con el "gran gusto", siendo la figura más influyente Charles Le Brun, que marcó el estilo oficial de la época. A este respecto fue determinante la creación, en 1648, de la Academia Real de Bellas Artes, con lo que se creaban unas líneas artísticas oficiales al servicio de la monarquía. Otros artistas destacados son Pierre Mignard, Antoine Coypel, Jean Jouvenet y Charles de la Fosse.
NEOCLASICISMO
La pintura neoclásica es un movimiento pictórico nacido en Roma en la década de 1760 y que se desarrolló en toda Europa, arraigando especialmente en Francia hasta aproximadamente 1830, en que el Romanticismo pasó a ser la tendencia pictórica dominante.
Los pintores, entre los que destacó Jacques-Louis David, reprodujeron los principales hechos de la Revolución y exaltaron los mitos romanos, a los que se identificó con los valores de la revolución.
El Neoclasicismo se sitúa entre el Rococó y el Romanticismo. Pero en muchas ocasiones, el tránsito de uno a otro estilo no es fácil, porque tienen rasgos semejantes. Es la burguesía la que se plantea la dialéctica entre la razón, que defiende un sistema político más racional que el del Antiguo Régimen, y el sentimiento, muchas veces puro sentimentalismo burgués frente a la cínica frialdad e indiferencia de la aristocracia.
Predominó el dibujo y la forma, sobre el colorido. Ello da como resultado una estética distante del espectador, reforzado por la luz clara y fría que bañaba las escenas, ya que si se adoptaran tonos dorados se introduciría en la obra una sensualidad que se rechazaba en la estética neoclásica. A veces se usaba el claroscuro, con una iluminación intensa de los personajes que interpretaban la escena en el centro del cuadro, dejando en las tinieblas el resto del cuadro. Al destacar el dibujo sobre el color, este último era mero coloreado, que informaba sobre el contenido del cuadro, modelando los objetos representados, sin tener valor estético por sí mismo. En contraste con las pinturas barrocas y rococó, las neoclásicas carecen de colores pastel y de confusión; en lugar de ello, usan colores ácidos.
Se cultivó sobre todo el cuadro de historia, reproduciendo los principales hechos de la Revolución francesa y exaltando los mitos griegos y romanos, a los que se identificó con los valores de la Revolución.
ROMANTICISMO
El término romántico, surgido en Inglaterra en el siglo XVII para referirse a la novela, fue adaptado a principios del siglo XIX a las artes plásticas, en contraposición al neoclasicismo imperante.
El Romanticismo en la pintura se extiende desde 1770 hasta 1870, prácticamente cien años, distinguiéndose tres periodos:
- 1770-1820 o prerromanticismo.
- El apogeo del Romanticismo pictórico se da, aproximadamente, entre 1820 y 1850.
- 1850-1870 o tradición post-romántica
El primer período del Romanticismo (1770-1820) se desarrolla en paralelo con el neoclasicismo (1760-1800) o más bien en oposición a esta corriente. Donde el neoclasicismo propone una belleza ideal, el racionalismo, la virtud, la línea, el culto a la Antigüedad clásica y al Mediterráneo, el Romanticismo se opone y promueve el corazón, la pasión, lo irracional, lo imaginario, el desorden, la exaltación, el color, la pincelada y el culto a la Edad Media y a las mitologías de la Europa del Norte.
El Romanticismo desarrolló también sus propias características; el sentimentalismo, el misticismo, la expresión de los sueños, glorifica al individuo.
Por vez primera, los pintores no trabajaban de encargo, sino conforme los dictados de su imaginación, expresándose a través de la pintura, buscando pintar sus ideas y sentimientos personales.
Centró su atención en el paisaje y la naturaleza, así como la figura humana y la supremacía del orden natural por encima de la voluntad de la Humanidad. Este pensamiento llevó a los artistas románticos a representar lo sublime, iglesias en ruinas, naufragios, masacres y locura.
La imaginación de los pintores románticos se sintió atraída por la Edad Media y las leyendas del Norte. El Romanticismo desarrolla la pasión por los temas históricos. En particular se trata la Edad Media, más que otros períodos como la Antigüedad.
La mitología nórdica sustituyó en los cuadros a los dioses grecolatinos.
Además, les atrae el exotismo, sobre todo las civilizaciones árabes, dando lugar a una corriente pictórica particular: el orientalismo.
Los pintores ya no viajaban sólo a Italia, como habían hecho hasta entonces, hasta abarcar otros lugares como Turquía, Marruecos, Argelia o España, que se puso de moda en toda Europa como prototipo de un exotismo cercano. En parte, el orientalismo se debió a las campañas napoleónicas por Oriente, que permitieron descubrir un Mediterráneo de paisajes inéditos, con civilizaciones que resultaban misteriosas, como la árabe y judía.
También se recurre a temas folclóricos, costumbristas o populares.
La literatura también se convirtió en fuente de inspiración. Se utilizaron autores clásicos (Froissart, Tasso, Dante o Shakespeare) y también otros contemporáneos (Byron, Goethe o Walter Scott).
En muchos cuadros del Romanticismo se aprecia un interés por la violencia, el drama, la lucha y la locura. También se representaron la melancolía extrema y la pesadilla, llegando a combinar en ocasiones el tema de la muerte con el erotismo.
Los temas fantásticos y macabros comenzaron a aparecer en pintura a partir de 1775, por influencia de la literatura alemana. Monstruos, brujas y espectros poblaron los lienzos.
En cuanto la expresión, utiliza con frecuencia fuertes contrastes de luz y sombra (claroscuro). El colorido es característico del Romanticismo, pues prevalece sobre el dibujo, que asume un papel secundario. La pincelada se hizo visible, impetuosa. A veces el acabado del cuadro tiene un aspecto de esbozo.
Las técnicas usadas variaron. Predominó la pintura al óleo sobre lienzo, de variados tamaños, inclinándose los franceses, en general por los de grandes dimensiones. Pero también se utilizó la acuarela, técnica preferida por muchos pintores ingleses, y que era especialmente útil para aquellos pintores que viajaban. El dibujo experimentó cierto auge, debido a la facilidad con que expresaba el mundo interior del artista.